martes, 24 de mayo de 2011

REFLEXION


Había que dejar dormir las noticias, las evidencias, las sensaciones para poder analizar la situación.

Se consumó la tragedia políticamente hablando, y desde luego no por esperada menos dolorosa, y no por dolorosa menos merecida, pasó lo que tenía que pasar, lo que veníamos diciendo y temiendo las personas progresistas de este país.

Lo más lamentable del caso es que esto no es más que el preludio de lo que tiene que venir, y tiene que venir la debacle completa porque cuando la postura es “mantenella y no enmendalla” no se puede esperar más que lo esperable, y me explico.

La política no debe, no puede hacerse a espaldas de los ciudadanos, de los trabajadores, de las personas, de la sociedad en definitiva, que estos lodos vienen de aquellos polvos, cierto es, que la semilla de la crisis la sembraron otros, también, pero que la pésima gestión de la situación se debe al actual gobierno de la nación, es una realidad incontestable, tan incontestable como que el germen de la crisis se debe a las políticas neoliberales propiciadas por los mercados y los partidos políticos que comulgan con ellos, los de derechas de toda la vida, así que el resultado es que entre todos la mataron y ella sola se murió.

Esta rancia democracia que padecemos se basa en prácticas del siglo pasado, tiempos remotos si nos atenemos a la vertiginosa velocidad con que cambian las cosas en este siglo, las nuevas tecnologías han cambiado la forma de hacer, de entender, de comunicar, de reaccionar, porque hoy no dependemos de los periódicos partidistas, ni de las cartas o los telegramas, ni de los engolados discursos que nos endilgan desde el pulpito del congreso nuestros ínclitos políticos, en esta época 2.0, la información se genera y corre y se difunde instantáneamente, por eso, ya no valen las reuniones de sesudos barones de caras circunspectas detrás de labradas puertas ministeriales, que los ciudadanos damos el voto y con él nuestra voz a esos políticos y políticas para que hablen y decidan por nosotros lo que nosotros mismos decidiríamos.

Me llenó de tristeza ver al señor presidente del gobierno tras la debacle electoral analizar los resultados, y en vez de reconocer humildemente que se ha equivocado, que ha errado en las políticas aplicadas, (porque no han sido tantos los votos que ha ganado el PP, que han sido cuatrocientos mil los que ha arañado, como los dos millones que ha perdido el PSOE, y los ha perdido precisamente por gobernar bajo los dictados de los mercados y no pensando en los ciudadanos de este país), pues el señor presidente se lamenta de que los ciudadanos, somos tan torpes que no hemos sabido entender las medidas tomadas por el gobierno, haciendo como el conde de la obra de Guillen de Castro de las Mocedades del Cid, que decía “ Procure siempre acertalla el honrado y principal, pero si la acierta mal, defendella y no enmemdalla, a despecho de entonar un “mea culpa” y tratar de reconducir la situación, haciendo oídos sordos del clamor de las plazas de este país, sigue manteniendo que los ciudadanos somos tan torpes que no podemos ver lo bien que lo están haciendo, ¡y una mierda señor presidente!.

Pero claro, si los políticos de este país siguen pensando en esta clave, si mal nos ha ido, peor nos ira.

Me decía ayer un conocido político que el partido socialista se había quedado sin ningún portavoz valido para explicar a los ciudadanos de forma entendible las medidas gubernamentales, ¡ay amigo!, al ciudadano le importa un pimiento quien le cuenta las cosas, si lo que le tienen que contar es que un partido de izquierdas ha votado hace unos días en el parlamento por mayoría que la dación de la vivienda no cancela la hipoteca, como debería de ser, que te quedas sin casa pero sigues pagando a la banca, ¡hombre por Dios!, eso no hay cristiano que lo pueda explicara sin que se le caiga la cara de vergüenza.

No hay portavoz que pueda defender que sacamos a la banca de la ruina pagando entre todos y que ahora los directivos se reparten “bonus” millonarios a costa de nuestras costillas, no puede explicar ningún portavoz que se abarata el despido, que las empresas podrán despedir empleados si es previsible que en un futuro puedan tener perdidas, que los sueldos cada vez son más bajos y los impuestos más altos, que los contratos son más precarios, que nuestros jóvenes, los más preparados de la historia de nuestro país, están desempleados en su mayoría y que muchos han tenido que emigrar a otros países, que los hombres jóvenes de 45 años ya se pueden dar por inservibles para el mercado laboral, no pude explicar ningún portavoz que España depende de no sé qué agencias de calificación financieras y que los mercados son los que dicen y dictan las políticas sociales y económicas del país, no hay portavoz que explique que los políticos no se rebajan el sueldo cuando se le ha rebajado a dos millones de funcionarios, no hay portavoz que pueda defender la congelación de unas pensiones, de vergüenza en algunos casos, mientras los políticos tienen una vitalicia y complementaria con otras que pudieran percibir, no hay portavoz que explique y se pueda entender que a los trabajadores nos imponen retrasar la edad de jubilación para cobrar la pensión mientras ellos, los políticos, con siete años de servicio ya tiene asegurada su pensión vitalicia, no hay portavoz que tenga los arrestos de salir a dar la cara para contarnos que se acaban las ayudas al desempleo de larga duración mientras los políticos y politiquillos siguen teniendo choferes, coches oficiales, visas, guardaespaldas, billetes de primera clase, primas y dietas por el simple hecho de levantarse por la mañana, y no hay portavoz que soporte estoicamente salir a hablar en público sabiendo que las políticas que se hacen son tan neoliberales como las que haría el más conservador de los gobiernos.

Por eso se han perdido estas elecciones municipales y autonómicas y se perderán las generales, porque la política de un país no se hace detrás de puertas ministeriales finamente labradas, se hacen por y para el pueblo, y mientras la política de los políticos sea el “mantenella y no enmendalla”, las plazas de este país se seguirán llenado de INDIGNADOS y las elecciones las ganara esa derecha recalcitrante que tanto criticamos.

Se impone una reacción gubernamental y un giro de 180 grados en las políticas de este país, y si no es así, bien merecido tendrá el Partido Socialista, mi partido, un batacazo electoral como nunca en nuestra joven historia democrática se ha visto.

Así lo veo y así lo cuento.

viernes, 20 de mayo de 2011

INDIGNADOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!





AHORA TONCAN LAS BARBAS DE LOS NUESTROS

Ya hace más de un año que vengo escribiendo en mis post mi indignación con la situación de nuestro país, mi indignación con la pasividad ciudadana, con las actuaciones del gobierno de la nación, con la actitud de la oposición, con la desvergüenza de nuestros políticos, con el acoso que los mercados vienen aplicando a los países, en especial a los “4 del vagón de cola”, de los atracos de las agencias de calificación, de la deshonestidad de la banca, del oportunismo de la patronal y de la dejadez de los sindicatos.

He visto con ojos maravillados las revoluciones de los países árabes, algo impensable hace bien poco tiempo, y he envidiado ese empuje y ese espíritu pacifico pero inamovible de tanta gente indignada y harta de sufrir atropellos año tras año, pidiendo libertad y buscando un mundo mejor, y afortunadamente consiguiendo mover algo en algunos países, por desgracia no se puede decir lo mismo en todos los casos, pero ahí siguen, luchando incansablemente, en algunos casos a riesgo de perder la vida, perdiéndola en muchos otros.

Pero por fin, algo se mueve en España, los ciudadanos indignados, muy justamente indignados han tomado ya la iniciativa y la calle, han acampado en una multitud de plazas de todo el país, pacíficamente, ordenadamente, conscientemente, haciendo en cada ciudad una nueva plaza de Taharir, y el movimiento va creciendo, exponencialmente, un día el doble, al siguiente el cuádruple, hoy somos multitud, con valor y seriedad, afrontando las consecuencias, con la convicción de que si tiene que haber desobediencia civil contra las decisiones judiciales o gubernamentales, la habrá.

Maravilla ver esas plazas bien organizadas, con todo lo necesario para subsistir, en la Puerta del Sol de Madrid, paradigma de todas las plazas de España, se ha montado una auténtica ciudad de la democracia, un foro donde toda opinión es escuchada, un ágora que como en la Grecia antigua toma el mando y habla, y dice y argumenta lo que los ciudadanos queremos, pedimos, exigimos a aquellos a quienes un día le dimos nuestra voz y nuestra confianza y que con tanta ligereza olvidan aquello que nos prometieron.

Los ciudadanos ya no estamos adormecidos con las ofertas mediáticas, aquella vieja estrategia del “panem et circenses” ya no vale, ni futbol ni casquería televisiva van a impedir que los ciudadanos gritemos nuestra indignación, nuestros políticos deben asimilar esta lección, renovarse o largarse con la música a otra parte.

Y esa renovación pasa por limitar los mandatos políticos, renovar la Ley Electoral y cambiar ya de una buena vez la fórmula electoral del sistema D´Hont, hacer referéndums en todas aquellas decisiones que sean vitales para el país, la comunidad o el municipio, las listas abiertas, que cada cual elija a quien crea conveniente y no a quien decidan los partidos, participación ciudadana activa en los organismos que nos gobiernan, y que esos organismos no sean los mercados.

Cuando empezó la revolución de los jazmines en Túnez, esa revolución que con tanto agrado se saludo desde los medios gubernamentales de este occidente caduco, lo dije, “cuando las barbas de tus vecinos veas pelar, pon las tuyas a remojar”, pero nuestros miopes gobernantes no vieron ahí lo que veíamos la mayoría de los ciudadanos, el preludio de lo que vendrá a nivel global, porque este movimiento es global, abarca esta tan cacareada, para bien o para mal, aldea global.

Queremos una DEMOCRACIA REAL, ¡YA!, y ahí estamos, pacíficamente, ordenadamente, conscientemente, pidiendo lo que es nuestro y entre todos nos han robado, y tengo la esperanza de que este movimiento no se diluya una vez pasadas las elecciones, que sigamos ahí hasta conseguir nuestro objetivo.

Ya era hora de que los ciudadanos de este país demostráramos nuestra más que justa indignación.