miércoles, 20 de febrero de 2013

ANGUSTIA INSOPORTABLE




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Una angustia insoportable es lo que me produce, y creo que como a mí, a miles de personas, la situación de indefensión y miseria en la que cada vez mas de nuestros conciudadanos se están encontrando sin saber por dónde les ha llegado.
Cada vez que enciendo la televisión, leo un periódico, conecto la radio o entro en Facebook  me encuentro con noticias cada vez más angustiosas, noticias de desahucios, familias que no tienen que comer, enfermos que no tienen acceso a  atención medica o que no pueden comprar sus medicamentos, personas que han sido excluidas de la sociedad, desnudadas de cualquier tipo de derecho, desahuciadas del mundo. Es esta una situación tan sumamente angustiosa que algunos han decidido tomar la más drástica de las medidas para solucionar este sinvivir, han acabado quitándose la vida, lo único que las habían dejado los mercados insaciables  y los políticos indecentes, una vida que al final han considerado indigna de vivirse en esta situación a que han sido abocados.

Siendo yo, una delas personas “afortunadas”, (que increíble parece a estas alturas del siglo XXI y donde es declarado un derecho constitucional en nuestro desgarrado país,  que tener un trabajo sea considerado un privilegio o un premio de la lotería),  y teniendo la inmensa suerte de que mis hijos tengan también la “fortuna” de trabajar y ganarse dignamente la vida, teniendo yo y los míos un techo sobre nuestras  cabezas y nuestras necesidades básicas de sobra cubiertas, me causa una angustia insoportable saber que hay millones de personas para las que comer cada día o tener una prenda para vestirse se haya convertido en una misión casi imposible.

Y digo casi imposible porque afortunadamente también hay millones de personas solidarias, a las que como a mí misma, les produce el mismo tipo de angustia ver tanta desgracia y tanta necesidad a su alrededor, y esos millones de personas aportan en la medida de sus posibilidades para ayudar a los millones que han quedado excluidos.

En mi caso, por disponer de tiempo y espacio, quizás porque mi angustia me haga imposible estar inactiva frente a tanta injusticia, he tomado la iniciativa, junto con un grupo de voluntarios y voluntarias, de hacer una asociación para apoyar a las personas en riesgo de exclusión social, esas personas que a duras penas consiguen seguir sobreviviendo en este océano de ruina y crisis, personas que si pagan la hipoteca no comen y si comen no pagan y serán desahuciados si o si, o personas que después del desahucio han tenido que ocupar alguna vivienda vacía y que ni para comer tienen, personas que tienen derecho a comer, vestir, tener un sitio donde vivir y poder dar a sus hijos, si los tienen, una vida digna.
Es difícil tomar estas iniciativas, porque ser solidarios en esta sociedad también tiene sus trámites administrativos, no es fácil, hay que ser asociación. Es difícil porque hay que hacer una campaña de publicidad para darse a conocer, es difícil porque siempre hay un “alma sórdida” que juzga y opina que estas iniciativas tienen detrás intereses espurios, parece que para algunas personas ser solidarios tiene trampa, es difícil porque hay que pedir, tienda por tienda, casa por casa, pedir ropa, comida, jabón, las personas tienen que lavarse ¿verdad? y juguetes, para que los niños sigan viviendo sin sufrir demasiado esta angustia insoportable, es difícil, pero no imposible.

Así que quien quiera colaborar en la asociación  Punto de encuentro, en Camas (Sevilla), en la calle Juan Agustín Palomar nº 57 os esperamos con los brazos abiertos, hay gente maravillosa y solidaria que nos están ayudando con sus aportaciones y su trabajo  a poner un poco de esperanza a las vidas de todas estas personas.