martes, 10 de noviembre de 2015

MÁS SINVERGÜENZA IMPOSIBLE

A mí, la verdad,  que Cataluña sea independiente o no es un tema que me deja indiferente, es más, pienso que quien no quiere estar en un sitio, hace bien en tratar de irse de él cuanto antes.

Pero claro, es asunto no es que alguien se sienta incomodo en un sitio, se trata ni más ni menos de que toda una Comunidad Autónoma abandone su pertenencia al Estado Español, materia esta que no es moco de pavo. Y si la mayoría de catalanes quisieran ser independientes, miel sobre hojuelas. Pero mucho me temo, según los datos que vamos manejando, que esto no es así en absoluto.

Porque tras cuatro Diadas donde los independentistas han enseñado musculo, tras una especie de referéndum- que anda en tribunales- tras una elecciones autonómicas que trataban de presentar como plebiscitarias- pero que tras los resultados, contando una persona, un voto, salían perdiendo y decidieron contar escaños. Todos sabemos cómo va la ley electoral en nuestro país, la famosa Ley D´Ont, donde un escaño vale más o menos votos según la circunscripción-tras todo esto, y siendo solo el 48% de los catalanes y catalanas los que desearían ser independientes, van los politucuchos de medio pelo que se han presentado y declaran, prácticamente ya, la independencia de Cataluña, pasándose por el arco del triunfo la Constitución y todas las leyes habidas y por haber.

Que la CUP o ERC quieran la independencia, no me extraña nada, es un deseo que han expresado en multitud de ocasiones y desde hace ya mucho tiempo, pero ¿Convergencia? jamás ha deseado tal cosa, tan es así que su ancestral socio en la política, Unió, se ha desligado de ellos, porque CIU ha sido desde siempre un partido catalanista, de la burguesía catalana de toda la vida, con aspiraciones de ser una comunidad especial, que lo es, pero querían más, por ejemplo un fuero semejante al Vasco o Navarro en lo tocante a hacienda, pero nunca, fuera del Estado Español.

Resulta cuando menos curioso ver la deriva fundamentalista respecto a la independencia que han tomado los de Convergencia, y me malicio que en esto tienen mucho que ver la corrupción y el latrocinio presuntamente- hasta que la justicia lo confirme- perpetrados por la familia Pujol, la familia Más, la familia Sumarroca y todos los fundadores de este partido.

Ya en 1982 el bueno de Pujol se embolsicó buena parte de los dineros de Banca Catalana, fundada por su señor padre, y en el 86 se dio el asunto por finiquitado sin culpables y sin saber a donde fue a parar el dinero-ahora lo sabemos, a Andorra- y esto fue así porque el listo de Pujol , sabiendo lo inestable de la situación política del país, en plena transición, se envolvió en la bandera catalana y dijo “Yo soy Cataluña, y quien se meta conmigo está atacando a toda la comunidad”. No convenían movidas secesionistas en aquel momento, y el gobierno ordenó al poder judicial correr un tupido velo.

De  aquellos polvos, estos lodos. La impunidad se implantó en el gobierno catalán y de Banca Catalana al 3% o más de cualquier obra pública o gran negocio en esa comunidad fue como coser y cantar, varias familias se han montado en el euro a costa de todos los españoles, y ahora con la justicia tocándoles ya el culo, no les queda otra que le lio, el escándalo político y la independencia.
Si ya lo dijo Arturo Más-presuntamente más sinvergüenza no cabe- que tras la independencia la justicia española no tendría ámbito en Cataluña, y con este pequeño detalle, ellos de rositas.

Por mí que se independicen, pero sus cuentas con la justicia que las salden, ya sea por la Interpol, la Europol, el Tribunal de la Haya, Bruselas o el sursuncorda, ellos que paguen sus presuntas culpas y devuelvan el presunto dinero presuntamente robado, que hagan un referéndum en condiciones, y si la amplia mayoría quiere independencia, que se la den, y si no a quedarse donde quiera la mayoría.


¡Coño que ya está bien de cuentos catalanes!