Se ejecutó
el plan milimétricamente elaborado, medido, calibrado para ser certero y sin
posibilidad alguna de fallo.
Quienes no estábamos al tanto de los
movimientos, aunque esperando alguna oscilación que se podía oler en el
ambiente -habría que sufrir un despiste
extremo para no haberlo percibido- nunca
jamás osamos pensar en un terremoto de semejante magnitud, tan destructor, tan devastador que nos ha sumido a los
militantes, los que sentimos y amamos al partido, en la más penosa desolación.
Cuantos
malos ratos se habrían evitado con un dialogo serio y comedido, exponiendo una
y otra parte sus puntos de vista, usar en beneficio de nuestro partido el mayor
y mejor activo socialista, LA PALABRA, dialogar, dialogar y dialogar hasta la extenuación,
hasta conseguir aunar posiciones, esa
actitud es la que siempre ha honrado al PSOE y la que nunca jamás debemos de
volver a olvidar ¡Jamás!
Aquí hay dos
partes implicadas, cada cual con sus razones, unas, seguramente, más acertadas
que otras, que se podían, se debían haber defendido con honestidad, sin
subterfugios ni jugarretas. Y
lamentablemente de eso ha habido en ambas partes, también habría que sufrir de
un extremado despiste para, a estas alturas, no haberlo percibido.
La situación
era insostenible, con una Ejecutiva mandatada por el Comité a votar no a la
investidura, sin querer llegar a unas terceras elecciones por la posibilidad de
tener un batacazo épico y sin posibilidad real de poder llegar a acuerdos para
hacer un gobierno alternativo, era un tremendo callejón sin salida. Aquí es
donde llegamos al nudo gordiano ¿para que esta el comité? para decidir los
pasos a seguir cuando hay una situación irresoluble, pero cuando las posturas
son encontradas y las defensas numantinas el nudo jamás se deshará utilizando
formulas imaginativas, se cortará con una espada como corresponde a todo nudo
gordiano, y por desgracia aquí se llegó a esa traumática solución, hiriendo de
gravedad al tejido de nuestro partido.
El sábado se
infirió, infirieron Tirios y Troyanos, una terrible herida punzante en el corazón
del socialismo, cual corral de gallinas, en Ferraz, se formó un galimatías emitido en
directo por todos los medios informativos y al que asistimos los militantes entre incrédulos e impotentes, un lamentable espectáculo de dirigentes sin altitud de miras,
mediocres, ordinarios, empecinados y encastillados en sus posturas, mirando sus
ombligos, impidiendo que un árbol les dejara ver el bosque. Señores y señoras siempre se podía haber
presentado una moción de censura, siempre se podía haber votado en el comité,
pero claro, allí nadie sabía con las fuerzas que contaba y como buenos trileros,
los unos y los otros, andaban midiendo sus fuerzas, a ver dónde estaba la
bolita ganadora. Si fea fue la jugada de las dimisiones, más fea aun fue la
jugada del intento de voto sin ningún tipo de garantías, y es que entre pillos
andaba el juego, que allí no había un inocente para un remedio.
Si se
analiza la situación con frialdad, con visión política, ver como el Secretario
General maniobraba para gobernar negociando con Podemos y los partidos
independentista, algo expresamente prohibido por el Comité, a la vez que iba
perdiendo una elección tras otras, era natural que quienes quieren un país federal
y un PSOE fuerte intentaran evitar a
toda costa este tipo de compromisos cuyo costo sería demasiado alto.
Pues bien,
el resultado final es que el PSOE se ha abierto en canal, y como ahora se ha
puesto de moda decir, hay que coserlo, yo prefiero decir suturarlo como
corresponde a las heridas sangrantes, hacer lo que siempre hemos hecho, cerrar
filas con el órgano que ahora dirige los trabajos del partido. Hay que ser prácticos
y si desde una óptica no lo vemos claro porque vamos a un descalabro
quijotesco, mirarlo desde otra que nos
permita recuperar el resuello. El corazón puede pedir que no se colabore por
pasiva con el PP para dejarlo gobernar, la razón quizás dicte algo muy
distinto, dejarlos mandar y hacer una oposición tan dura que se les haga
imposible hacer nada, derribar desde enfrente cualquier iniciativa, abolir
leyes y anular decretos, una oposición en suma que demuestre a la ciudadanía de este país que el PSOE es el partido que siempre debió ser.
Ahora toca suturar
con cuidado, con el esmero de la cirugía plástica, evitar que quede un costurón
grosero y feo, conseguir que sea una cicatriz tan leve que nunca se note la
zona herida, y eso solo lo vamos a lograr cediendo unos y otros, por el bien
del país primero, y por el bien del PSOE después.
Con que
andando, a arrimar el hombro y a trabajar fino, que nadie consiga acabar con un
partido grande con 137 años de existencia que ha dado un gran servicio, y que
tiene la obligación de continuar dándolo, a este país.
Como dijo
Pablo Iglesias Posse “La formula salvadora es la libertad y la
justicia. No hay otra”