jueves, 18 de octubre de 2018

EL TIMO DE LAS ELÉCTRICAS


Pues señor hete aquí que un buen día vino un señor, y sin previo aviso, me cambió el contador de la electricidad. Yo le pregunté que qué hacía y con qué permiso, y me contesto muy groseramente que hacia lo que le habían mandado y que no tenía que darme explicaciones, y efectivamente, no me dio ninguna. Ni tan siquiera que quizás debería ir y cambiar mi potencia contratada, por ejemplo.

Pues bien, al cabo de unos meses empiezo a tener cierto problema con el suministro, si pongo el lavavajillas me quedo sin luz y sin embargo “los plomos no se funden”, no obstante tengo que bajar y subir todas las palanquitas de ese aparato que hay en la entrada de la casa, y ya todo funciona sin problemas, luego entonces no es una avería, es algo que tengo que averiguar, y me pongo a ello.  Y este es el motivo de esta entrada ¡Ojú la poca vergüenza que tienen las eléctricas!

Resulta que me han activado remotamente, y sin previo aviso tampoco  (a través del nuevo contador que me puso el señor grosero) un limitador de potencia, de tal manera que cuando pongo un electrodoméstico salta el cacharro ese, bajo hago la operación y ya tan normal el tema.

Bien, parece que tengo contratada menos potencia de la que necesito, esto lo sé porque he tenido que meterme en la página web de Endesa y he calculado la necesaria (aquí me pregunto yo ¿las personas que no tienen ordenador, no saben usarlo, no tienen wifi que hacen?) Me dice que 4.1, pero yo he consultado con otra gente y me dicen que para una casa como la mía con 3 es suficiente, pero ¡ay amigos míos! esa potencia no es posible contratarla, no, no, o bien contratas 3,45 o bien 4.6, pero 3 no ¿Y eso porque? ¡Ah, porque esa es la política de las empresas eléctricas! ¡Y eso es lo que hay! Además te cobran 50 euros por cada tramo de aumento de potencia, o sea que yo debo pagar casi 90 euros por el aumento, y no solo eso, te tardan alrededor de 20 días en hacer efectivo el cambio, así que te jodes 20 días y bajas y subes las escaleras cada vez que pongas lavadora o lavavajillas para bajar y subir a su vez las pajoleras palanquitas de los demonios.

Bueno pues me pongo con paciencia a buscar otras distribuidoras de electricidad ¡y eso ya es la traca! Hay todo un mundo de granujería metido en el negocio, pero algunos se llevan la palma. Desde Hiberdrola que tiene su plataforma de atención al cliente deslocalizada en algún punto de Sudamérica, y cuyos trabajadores cuando no tienen respuesta a tu pregunta te mienten flagrantemente, hasta (esta es la que menos vergüenza tiene,  con diferencia) una cosa llamada SELECTRA.

Esta plataforma, SELECTRA , es teóricamente un sitio de comparación de tarifas y servicios, pues bien, esta empresa te oferta básicamente una distribuidora de energía llamada EDP, con ella te ahorras 2 céntimos por kw/h, pero lo mejor y hasta excelso en el plano de la desvergüenza es que con el contrato incluyen (y te cobran por supuesto) una especie de seguro para “chapuzas” varias en el hogar, albañiles, fontaneros, electricistas  etc. que van gratis las 3 primeras horas a tu casa si los necesitas y por el módico precio de 2 y pico euros al mes (no te dicen que esto es sin IVA) pero con impuestos ya son 3.30 euros al mes, y que al ser la facturación bimensual se pone en 6.60 euros en cada factura, pero alguna trampa hay en la cuenta, cuando le digo al teleoperador que eso anualmente supone unos euros va y me dice que 60 anuales, y es aquí donde las cuentas no me salen, son 20 euros más de lo que resulta multiplicar 3.30 por 12. Cuando le digo a este señor que no necesito este seguro y que los céntimos de diferencia son tan exiguos que no merece la pena tenerlos en cuenta, que me hable de otras distribuidoras, va y me dice que se niega a hablarme de otras, que su obligación es ofrecerme la más barata y que esa es EDP. Cuando le digo que no me interesa esta en concreto, le entran las prisas y me dice que tiene pendientes otras cuestiones, que me lo piense y que si me viene bien la oferta vuelva a llamar.

El caso es que en todas hay que pagar ciertos conceptos fijos que son potencia contratada, impuesto a la electricidad y alquiler de equipos de medida y control, la diferencia está en la energía consumida, que depende de que empresa sea la que te la proporciona cambia en 1 o 2 céntimos a lo sumo arriba o abajo, y atención que el IVA para este producto de primerísima necesidad es del 21%, que se dice pronto.

Total que si quieres vivir como una persona vive en el siglo XXI, ya lo de vivir en una caverna no es posible, debes elegir a que empresa debes dejarle robarte la cartera, porque esa serie de empresas varias que te ofrecen sus servicios siguen siendo un monopolio encubierto en 2 céntimos de diferencia.

¡Es lo que hay!