El ministro de Justicia, Alberto
Ruiz-Gallardón, asegura que hubiera tenido un hijo
con malformaciones graves "sin dudarlo", ya que es una
"convicción personal".
Estas palabras dan la
medida de a qué tipo de persona nos enfrentamos.
Yo como buena demócrata no puedo más que decir
que cada cual elige para su vida lo que mejor cree, pero también como buena demócrata
ejerzo mi libertad de expresión y opino que este individuo da claras señales de
pensamiento absolutista, por un lado, él tendría un hijo con malformaciones
graves, y si él es tan taxativo, su mujer o la madre del niño, en caso de que
no fuera su esposa, poco tendrían que decir, ya que él así lo habría decidido,
y si es capaz de imponer semejante calvario a una persona a la que presumo debe tener algún tipo de afecto, a las que no conoce imagino que se le da un
ardite que pase por calvarios, suplicios o las penas del infierno, ya que según
parece sus puñeteras convicciones personales están situadas por sobre todas las
demás consideraciones.
Por otro lado, por muy respetables que sean
las convicciones personales de cada quien, lo que no es muy democrático es
encasquetarnos a los ciudadanos de un país, “sus convicciones personales” a
golpe de ley.
Y ya por ultimo es de descartar la poca
sensibilidad y amor a ese hijo, porque condenar a una criatura inocente a vivir
una existencia de enfermedad, de sufrimiento físico o psíquico o ambos, es de
tener muy poca humanidad y muy poco amor al prójimo, en este caso su propio
hijo.
El señor Gallardón, también
llamado popularmente fachardon, tiene en sus manos una parte importantísima de
la vida de las mujeres de este país, la posibilidad de decidir sobre su propia
maternidad, tomar la decisión de interrumpir un embarazo no es cuestión baladí,
es en todos los casos un paso traumático y que deja secuelas psicológicas de
por vida, pero nadie tiene derecho a obligar a una mujer a parir un hijo no
deseado, por los motivos que sean, ya sean económicos, laborales, personales,
de salud o violencia, es la mujer quien pare, y debe de ser la mujer quien
decida.
Aunque la humanidad se ha
perpetuado por medio del embarazo y posterior parto de las hembras de la especie,
un embarazo no deja de ser una situación fisiológica, anatómica y química anómala,
una enfermedad benigna, la mayoría de las veces, que acaba en un cruento
desenlace llamado parto, lleno de dolor y sangre, que se da por bienvenido
cuando el nacimiento es deseado, y que debe de ser un horror cuando no se
quiere parir.
Lo que viene después, ya
es de por vida, criar a un hijo es la obra de la catedral, una empresa de
titanes, que se hace con sumo agrado cuando el vástago es fruto de un deseo
reflexionado por parte de la madre, o en su caso de la madre y el padre, pero
una carga terrible cuando el niño no es deseado, cuando por imposibilidad de
atenderlo has de darlo en adopción, dejándote esa lacra psicológica grabada a
fuego en tu vida, y ya si el pequeño es un enfermo crónico, malformado, con
deficiencias graves físicas, motoras, intelectuales o todas juntas, es terrible
para los padres, pero sobre todo para la criatura que es quien sufrirá a lo
largo de su penosa vida toda la serie de técnicas invasivas y dolorosas a las
que se verán sometidos para eternizar su sufrimiento, lo que se ha dado en
llamar ensañamiento terapéutico, salvar una vida maltrecha y sin calidad a como
dé lugar.
Recuerdo en mi juventud
a amigas que viajaron a abortar a Londres o Portugal, mas de una vez hicimos
colectas para sufragar los gastos de esa amiga, o Málaga, porque en Málaga había
una clínica que desafiaba las leyes establecidas y practicaba abortos con
seguridad a las mujeres que así lo habían decidido, también recuerdo a alguna
amiga que lo paso fatal por someterse a aun aborto efectuado en un ambiente
poco seguro.
Yo pensaba que por fortuna ya habían pasado
esos tiempos en que las niñas ricas abortaban un fin de semana en Londres,
donde además hacían unas compras muy chulas, con total seguridad sanitaria, y
las pobres se ponían en manos de personas con ciertos conocimientos del tema, y
al ponerse en esas manos, lo que ponían era su seguridad y su vida en juego.
Dice fachardón que con
esta ley está protegiendo a las mujeres, el muy cínico sabe que está condenando
a muchas a maternidades no deseadas, a peligros para su salud y a sufrimientos
de niños y familiares, pero ¿qué importa todo esto si con ello impone a todo un
país su malditas convicciones?.
Pues yo le digo a este
señor fachardón que NO VAMOS A CONSENTIR QUE CUELGUE SU ROSARIO EN NUESTROS
OVARIOS.
Que le pregunten a una madre que tiene un hijo de capacidades mermadas de cualquier tipo, cual es el miedo mas grande... "Tengo miedo de lo que le pasará a mi hijo o hija el dia que yo muera" y si encima recortan de una manera abusiva las ayudas a la dependencia, me diras... Lo que mas me JODE de todo esto, es que muchos machos Alfa, intentan colocarnos a las mujeres que decidimos interrumpir un embarazo el cartelito de superficiales con un tema tan serio...
ResponderEliminarEstamos volviendo a aquellos malos tiempos amiga. Las pobres a parir obreros si quieren bien y si no tambien, y si el niño sale malito pues apechugar con el, tu, que para eso lo has parido, y el gobierno lavandose las manos. Que asco
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