Me llama poderosamente la atención que personas
con sentido común y cultura, que a mi me constan, estén dando
pábulo a la “teoría del pucherazo”, que no es otra cosa que el canto del cisne de una formación
neófita que va a morir de éxito, pero desde luego no de realidad.
Que alguien me corrija si me equivoco, porque yo,
en mi ya dilatada experiencia he participado en muchas elecciones y en todos
los papeles posibles.
Cuando vivía en un pueblo pequeño me tocó en varias
ocasiones ser miembro de mesa, titular y suplente, esto como ciudadana, luego
como militante de un partido he sido interventora y apoderada en bastantes
procesos electorales, y en todos ésta ha sido la pauta. Se constituye la mesa
con los titulares o suplentes nombrados para ello por la administración, y luego presentan sus credenciales los representantes de los partidos, al menos
uno por cada uno de los que concurren, apoderados o interventores, estos están con ojo avizor durante toda la jornada pendientes de que no haya tongo, ni el
la votación en sí, ni en las mesas de las papeletas.
Bueno pues en el recuento, que por cierto es
publico y siempre se queda bastante gente a verlo, la mesa cuenta votos bajo la
atenta mirada de los interventores y apoderados que no dejan pasar ni una. Una
vez hecho el recuento y rellenados todos los documentos, ajustados a la realidad
de lo que ha pasado en esa mesa, las actas van a la sede local de cada partido
donde son revisadas y cotejadas, una vez hecho esto, se envían los datos a las
sedes provinciales donde, a su vez, los revisan y cotejan. Una vez pasado este
tramite los resultados son enviados a las sedes nacionales donde, una vez mas,
son revisados y cotejados, y en todos los escalones, confirmados.
A ver que partido aguanta que les roben votos
¡ninguno! vamos que se huelen que les van a birlar un voto y la lían parda.
Que habrá curiosidades a lo largo de tantísimas mesas electorales, pero no dejan de ser meras anécdotas que en modo alguno podrían cambiar una décima los resultados finales.
La empresa que procesa los datos es la misma de
siempre, y dudo mucho que tras recibirlos , como hacen las empresas de demoscopia,
osen cocinar los datos en ningún puchero porque los datos están en poder de todos los partidos, ganadores y perdedores.
A ver, que es muy distinto hacer cuentas con los
likes y retwist que con las papeletas de papel de toda la vida, de las de verdad, de las que se meten en las urnas y se cuentan.
Yo creo que la derecha ha sido muy inteligente, a través de los medios afines ha dado pábulo al sorpasso, ha inflado y bien
ciertos egos, ha tocado la tecla del miedo y ha esperado a ver caer la breva en
su canasto. Así de simple y así de triste.
Ni los votantes son imbéciles, ni ha habido
pucherazo.
Cada cual, en un país libre, vota en completa
libertad a quien mejor le parece, y cuestionar esa libérrima decisión va en
contra de cualquier planteamiento democrático. Guste mas o guste menos las
urnas hablan, y hablan la cruda verdad para unos y la dulce verdad para otros.
Vamos a ser serios, que un país no es un tablero
de Juegos de Tronos, y no todo vale.
Hay que ser humildes y analizar y aceptar los errores
propios, las posturas movibles, las palabras según quien oiga, los bandazos, las posiciones ambiguas, el tratar
de pescar al curricán, el ni dentro ni fuera sino todo lo contrario pasa
factura si o si, y la pasa en balance negativo de papeletas de papel contantes y sonantes, de la de verdad, de las que se meten en las urnas y se cuentan.
A esto se le llama en mi pueblo morir de éxito y
no hay más, ni menos.
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