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A 234 días de las primeras
elecciones de este interminable pseudociclo legislativo, que más parece el día
de la marmota que unos comicios electorales serios en un país democrático y
desarrollado, y a 46 días de la segunda cita electoral seguimos en el limbo
gubernamental en el que los políticos nos han instalado.
Es inconcebible que el partido
más votado, el PP, renuncie a formar gobierno porque sabe que no va a tener los
apoyos necesarios, y cuando el segundo partido, el PSOE, da el paso para
intentar dotar al país de gobernabilidad, se encuentra con la negativa frontal e
innegociable del PP, con la chulería de los aprendices de PODEMOS y con el
apoyo de Ciudadanos el que, según vamos viendo se vende al mejor postor, pero
eso sí, bajo el sacrosanto lema de salvar a España.
De todos es sabido que la
iniciativa del PSOE no fructificó, y que se repitieron las elecciones para
satisfacción del PP y deleite de PODEMOS, que en su delirio celestial se
relamía y se frotaba las manos con las expectativas, cebadas por otra parte por
las encuestas pasadas muy bien por la cocina, del tan nombrado sorpasso, que al
final quedó en sorpresa y no precisamente agradable.
De la segunda cita con las urnas
pocos cambios efectivos se obtuvieron, salvo el batacazo de PODEMOS, con lo
cual nos encontrábamos en la misma situación de ingobernabilidad solo que esta vez
el PP obtuvo algunos escaños más de ventaja, una ventaja de todo punto
insuficiente para gobernar si no era con apoyos, muchos apoyos.
Pues bien, en esta ocasión el
candidato del PP ha aceptado el encargo del formar gobierno por parte del rey
pero ¡oh sorpresa! el buen hombre se deja caer con que una cosa es aceptar el
encargo, y otra bien distinta, ejecutarlo. O sea que si no obtiene los apoyos
necesarios para conseguir ser investido pasa palabra, lo que no nos ha dicho a
la ciudadanía es cuando decidirá si pone el huevo o no lo pone. Con la connivencia de la presidenta del congreso han cogido el texto constitucional por la hojas y no ponen fecha.
Que el PP no obtuviera apoyos en
la primera ronda de este cansino juego electoral donde estamos instalados es
culpa solo suya, por gobernar a cara de perro con el rodillo de la mayoría absoluta
que disfrutaba. Nadie quiso darle el sí quiero, Ciudadanos escudándose, como
no, en el bien de España y aduciendo que con Rajoy como presidente, presuntamente
inmerso hasta el cogote en la corrupción de su partido, nanay de la china. Por
otro lado independentistas, PODEMOS y PSOE tampoco estaban dispuestos a darle
esa confianza a ese presidente que nunca sabemos si viene o va.
Pues bien,
ahora en el escenario que tenemos, con el PP como más votado otra vez pero con
algo más de ventaja, el PSOE tiene que
darle el beneplácito por activa o por pasiva, sí o sí. El PSOE con Pedro Sánchez
a la cabeza está siendo apremiado continuamente. El acoso es descarnado, la
prensa, los jarrones chinos grandes y chicos de todos los partidos, una pléyade
de notables patrios, tirios y troyanos echando sobre su espalda la responsabilidad
de que debe facilitar el gobierno al PP. Por otro lado PODEMOS empujando, con
esa “mano tendida” pero al cuello, para
que su respuesta sea no, y en medio de este incomestible sándwich Pedro Sánchez
y el PSOE.
Yo como
militante, y me consta que la inmensa mayoría de compañeros y compañeras, digo
que NO ES NO, el socialismo no votó para que gobernara el PP, votó para que gobernara el PSOE, que no
consiguiera una mayoría suficiente para hacerlo no significa que haya que darle
la llave del gobierno al PP.
Y en estas
circunstancias me pregunto ¿Por qué entonces cuando Pedro Sánchez dio el paso
el PP no se abstuvo o votó sí y dejó la posibilidad de gobernar al PSOE? Ah que
eso no era posible, era innegociable ¡eso sí! pero ahora en las mismas
circunstancias hay que darle por narices el sí o la abstención para que
gobiernen y si no se consigue la culpa es del PSOE. Pues no cuela.
Si hay
terceras elecciones, que lo dudo porque ya encontrarán la formula con los
independentistas como para la mesa del congreso, la culpa no será del PSOE. La
culpa será del PP por haber gobernado de espaldas al pueblo y a los demás
grupos del congreso, del PP por estar inmerso en la corrupción e imputado como
partido político, del PP por no pensar nada más que en ellos y sus negocios,
del PP por ser la voz de su ama Europa, léase Merkel y Draghi, del PP y Rajoy,
en suma, por su ineptitud.
NO es NO, y
punto.
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