Yo he vivido ese momento ayer, el momento en que durante segundos
el alma se me quedó congelada, fue una de esas veces en la vida que no
reaccionas porque no puedes creer lo que tienes delante de los ojos.
Era por la tarde y llovía a cantaros, estábamos reunidos los
colaboradores voluntarios de la asociación a la que pertenezco, Punto de Encuentro, para
poner en común normas y estrategias, porque cualquier grupo que trabaje unido
para un fin debe dialogar y cambiar impresiones periódicamente para la buena
marcha de cualquier proyecto.
Pues llovía mucho y hacia frio, mucho frio, se acercó a la
puerta de nuestro local un hombre preguntando si allí se recogía ropa, le
conteste que sí, que allí recogíamos ropa, me dijo que si también la dábamos,
le respondí que sí, que para eso estábamos allí que recogíamos y dábamos ropa,
¿gratis me dijo?, sí, claro, totalmente gratis le dije con una sonrisa en la
cara, entonces de detrás de él salió un niño, vestido con una camiseta finita,
un pantalón de chándal, tiritando de
frio, mojado por la lluvia y con unos ojos muy abiertos en los que cabía toda
la tristeza del mundo, y ahí, en ese preciso instante en que se cruzaron
nuestra miradas, el alma se me quedo congelada por segundos.
Que estamos en crisis, lo sabemos, que hay muchas
necesidades, que la gente pasa estrecheces, que PUNTO de ENCUENTRO como tantas
y tantas asociaciones solidarias han nacido por esta causa, lo sabemos, que en
nuestros locales vemos que la cara de la
angustia, de la ansiedad y la necesidad es una realidad, pero VER A UN NIÑO EN
ESAS CIRCUNSTANCIAS y a ese padre
buscando alguna prenda de abrigo con que paliar el frio de su hijo, es como
chocar a 300 kilómetros por hora con la
descarnada y cruda realidad de mucha gente, de tal forma que durante segundos
la angustia me dejó pasmada.
¿Pero es posible que hayamos llegado a estos extremos?, ¿es
posible que quienes tienen en sus manos los destinos de un país consientan
esto?, ¿es posible que exista tamaña falta de sensibilidad a las necesidades de
los ciudadanos?, ¿es posible que se rescate a los bancos dejando en la más
desesperada de las estacadas a las personas?, ¿es posible que los políticos corruptos,
los mercados, la ambición desmedida de unos pocos permitan que las criaturas
pasen por estas circunstancias?.
Viendo a lo que estamos llegando no se entiende que no hayamos llegado ya a un verdadero estallido
social, a plantarnos y decir que no, que esto no es lo que queremos, que esto
no es por lo que muchos luchamos y muchos perdieron la libertad o la vida, que
esto no es democracia, que no puede ser que el pueblo pase necesidades y viva
en la miseria mientras los políticos y los banqueros viven a cuerpo de rey,
robando a cara de perro el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos, donde los miembros de la monarquía están demostrando su fea cara de vividores,
donde cualquier mindundi paniaguado de algún partido se hace de oro a costa de
nuestras costillas.
Se me congeló el alma, pero solo durante unos segundos,
luego me estalló en las llamas de la indignación, la rabia, la impotencia, la desesperación
de no poder hacer algo más que vestir a ese niño, calentar su cuerpecito helado
y darle al menos el aliento de saber que en algún local de este maltrecho país algunas
personas se preocupan por él, de darle a ese padre el respiro de ver a su hijo tapado
de las inclemencias del frio.
Por eso tenemos que concienciarnos de que además de ayudar
en lo que podamos, debemos salir a las calles y gritar fuerte y claro ¡QUE NO,
QUE HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO, QUE LA POLITICA ES OTRA COSA, QUE LOS CIUDADANOS
NO NOS MERECEMOS ESTE TRATO, QUE YA ESTA BIEN, QUE BASTA YA!
PD: Teníamos casi de todo para quitarle el frio al
chiquillo, pero no había zapatos ni pantalones de su talla, pero eso no fue obstáculo,
por eso quiero agradecerles públicamente a CALZADOS GRABAN y a Carmen de la
tienda de YEYES que nos dieran solidariamente unos zapatos, calcetines y
pantalones.
Una vez más se demuestra que los ciudadanos tenemos
solidaridad y más corazón que esos que dicen preocuparse por los ciudadanos.
Más claro, lágrimas...
ResponderEliminarImpresionante la historia del niño, en verdad estamos sufriendo una tragedia que deberíamos detener ya, entre todos. Estoy contigo Inma, y con Punto de Encuentro.
ResponderEliminarDamaso, la verdad es que luego, cuando ya el niño se fue, mas de unos lloramos de rabia e impotencia.
ResponderEliminarUn abrazo amigo solidario
Primo Dimas, no sabes cuanto y como me pudo impresionar este niño y lo que representa, tantos niños en estas situaciones en las que jamas se deberian ver los niños del mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo primo