SUS GRACIOSAS MAJESTADES Y EL PEDERASTA IRAKÍ

Cada vez estoy más y más convencida de que las monarquías son una pesada e inservible carga que como unas alforjas impuestas  llevamos los sufridos ciudadanos, en otros reinos llamados súbditos, colgadas en nuestras espaldas impositivas, así mantenemos a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho, a unos fulanos que por mor de una especie de saga se nutren de nuestro sudor llevándose una parte de nuestros esfuerzo colectivo tan rica y cómodamente.

Antaño, o sea, hace un año, era impensable que los medios publicaran en España cualquier cosa escandalosa de la “querida” casa real, había una especie de pacto no escrito que así  aceptaban tácitamente, motivo por el cual nada se sabía a través de la multimedia, aunque era vox populi, de las andanzas reales, cacerías de elefantes y lozanas señoras, de los escandalillos menores de la realeza, ni de su patrimonio y negocios varios.

Mucho han cambiado las cosas y hoy en dia rara es la mañana en que no nos desayunamos con alguna lindeza de la casa real o ad lateres, entre los líos del rey, su mala leche con los trabajadores que lo atienden, sus cacerías, Urdangarin, la mala baba de la hija tonta, la poca vergüenza de la hija lista, la poca paciencia y encanto del principito, la poca obediencia de la nuera que le ha salido respondona y se va de marcha los viernes por las noches, tenemos espectáculo real diario.

Pero esta entrada se debe a otro asunto que es, si cabe aún,  más delicado, y me explico a continuación.

El rey en pleno proceso de recuperación de su centésima operación de huesos para mantenerlo más derecho de lo que estaba su difunta madre, se mete un viaje de cuatro días a Marruecos, durante  el cual habla en favor de cierto preso español que está en un delicado estado de salud y para el que pide el indulto, el rey de Marruecos que es su “sobrino” querido y dado que en estos días se celebra la Fiesta del Trono, va y le dice que sí, pero que no uno, que va a indultar a 48 presos españoles, la mayoría cumpliendo condena por tráfico de drogas, y seguramente alguno por pescar  ilegalmente en caladeros marroquíes.

Hasta aquí todo bien, como el rey es una especie de ministro  plenipotenciario  venido a más que nos va representando por los distintos países, es normal que en el transcurso de una vista de ese tipo pida clemencia para un español que en una cárcel española habría ya salido por motivos de salud, pero, y aquí es donde yo me pregunto si ese era el preso que de verdad querían sacar de la cárcel, o, a tenor de las ultimas noticias había gato encerrado en el viaje y la petición de indulto.

Según publican los medios había un preso, Daniel  Fino Galván, pederasta convicto que cumplía 30 años de condena por abusar de 11 niños marroquíes, recluso que según parece es un ciudadano de origen iraquí, antiguo agente de los servicios secretos españoles destacado en Irak y que habían reasignado como ciudadano español, profesor jubilado de la universidad de Murcia.

Casualmente, este pederasta  que fue incluido en la lista de indultados en el último momento, salió al dia siguiente consiguiendo el visado de inmediato, de forma que, aunque los otros 47 siguen aún esperando su documentación para regresar a España, este ya hace dos días que está en territorio español.

Ahora yo me pregunto, ¿a quién querían sacar de la cárcel, al enfermo o al pederasta?, yo creo que al último, y ¿y por qué tanta molestia para sacar semejante basura de donde nunca debería haber salido?, pienso que porque este hombre sabe muchas cosas que no conviene que sean conocidas.

Ahora nos meten el cuento de la buena pipa, que ha sido un lamentable error y que aquí paz y después gloria, que como aquí en España no ha delinquido no pueden ni siquiera someterlo a vigilancia preventiva, o mucho me equivoco o este aparece muerto cualquier dia o desparece para siempre jamás.

¡Ea! Pues para estas asquerosidades es para lo que sirven sus graciosas majestades, para hacer lo que les sale de….la corona.

Me declaro republicana y a favor de la III república, ya.