Que este gobierno nos toma por tontos es ya una realidad incontestable,
no hace falta más que leer u oír los eufemismos que han dado en utilizar en sus comparecencias públicas,
método por otra parte fusilado de los comunicados respecto a las guerras- esas que se montan los EE.UU lejos de su territorio
físico- y en donde a las masivas muertes de civiles inocentes en bombardeos
indiscriminados han decidido llamar “daños
colaterales”, ¡ahí es nada!
Según la RAE el eufemismos es una manifestación suave o
decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante,
o lo que es lo mismo, un recurso que usan para llamar a las cosas por otro
nombre y así tratar de hacernos ver lo
blanco negro.
Por esta regla de tres eufemística a la subida del IVA ahora se le llama "gravamen
adicional", los despidos se pueden finiquitar con indemnizaciones "en
diferido" -Cospedal dixit-, para la familia real el divorcio es un "cese
temporal de la convivencia" y según algunas “mandamasas” del gobierno la huida de miles de jóvenes al extranjero
para buscar un puesto de trabajo pasa a ser "movilidad exterior" o búsqueda
de nuevas sensaciones y experiencias.
Ahora practican una cierta modalidad de eufemismo fáctico para
cubrir con una cortina de humo el problemón que se les ha venido encima con Bárcenas
y la corrupción rampante que trufa al PP,
y para ello, al gobierno, no se les ha
ocurrido otra cosa que darle relevancia a un problema que es de todos conocido
y que lleva ahí enquistado y pudriéndose, ante la complacencia de sucesivos
gobiernos, desde hace ya bastante tiempo.
Y no hablo de los tiempos del tratado de Utrecht que data de
unos 300 años -y en el que a Inglaterra se le dio soberanía sobre las tierras del Peñón
de Gibraltar y no sobre sus aguas- si no del último episodio que se desarrolla en
estos momentos y cuya principal importancia es el daño medioambiental y el
quebranto económico que a la flota pesquera de la zona les esta ocasionado,
episodio que por cierto no es nuevo, hace ya tiempo que la política de la roca
es ganarle terreno al mar, a las aguas jurisdiccionales españolas por cierto, llenando
el fondo marino de bloques de hormigón y rellenando con piedras y arena
procedentes de territorio español la
zona a conquistar a las aguas.
Hace años que se vienen produciendo estas prácticas ilegales, estas
junto con el contrabando, la facilitación de evasión de capitales, el
bunkering y otras, y precisamente ahora,
el momento en que el gobierno y el partido del que proviene están sumidos en un
gran escándalo de corrupción y gozan de sus peores horas respecto a la aceptación
popular, al grito de Gibraltar Español y arremetiendo contra la Pérfida Albión,
se están metiendo-nos están metiendo- en un jardín del que no sabemos cómo
vamos a escapar.
Malo será que cualquier dia, por despistarnos de sus
verdaderos problemas, escuchemos al ministro
de defensa decir emulando a otro ínclito antecesor “al alba y con fuerte viento de levante las
tropas españolas han tomado Gibraltar”, lo malo es que ni el Peñón es Perejil
ni Inglaterra es Marruecos.
Me apenan los pescadres, pero también todos los españoles que diariamente cruzanlas verja para poder ganarse el pan.
ResponderEliminarEs un problema bastante complejo que deberían haber enfocado de otra manera muy distinta y a través de la diplomacia y no así. Son unos 6000 los españoles que trabajan allí y que están sufriendo las colas de entrada y salida, luego están los cientos o miles que viven del trapicheo del tabaco, están los que siendo gibraltareños viven en territorio español que también están siendo afectados por la situación y claro, están los pescadores que son los mas afectados porque estos es que ya no pueden ganarse el sustento porque han perdido el caladero.
EliminarComo digo esto no es nuevo y hace tiempo ya que deberían haber tomado cartas en el asunto pero de mejores maneras.
Un abrazo Montse.