Yo
empecé muy jovencita en el mundo sanitario. Con 15 añitos hice en una clínica de
maternidad el Servicio Social, por aquel entonces en tiempos de la
dictadura era obligatorio para las mujeres que querían estudiar pasar por este trámite.
Con
17 empecé mi carrera de ATS y la acabé con 20 (años después me tocó convalidar
y hacer un curso para convertirme en DUE)
Cuando
con 20 años llegué a García Morato, que así se llamaba entonces el actual
Hospital General, los turnos eran agotadores. Una semana de 7 días de mañana de
8 a 15 seguidos de un día de descanso, otra semana de de 7 días de tarde de 15 a 22 seguida
de un día de descanso, y otra semana de de 7 días de noche 22 a 8 seguida de 3 días de descanso. Estas 7 noches
se pagaban de forma distinta, de manera que cobrábamos mas por las noches que
por el sueldo estipulado.
Un
buen día la administración llegó a la conclusión de que esta organización del
trabajo no era rentable y propusieron un cambio, poner un turno fijo de noche y
así nadie haría 7 noches seguidas con el consiguiente ahorro en horas extras,
como nadie lo quería lo envolvieron en un apetecible estuche, los fijos de noche
harían una semana lunes, martes y miércoles, y otra semana domingo, lunes
martes y miércoles, con la premisa de descansar casi todos los fines de semana
muchos optamos por aceptar este ciclo de trabajo, hace ya de esto 34 añazos.
Al
poco tiempo la administración vio que tampoco era muy rentable este tipo de organización
del trabajo, y los supervisores empezaron a mover los patios y a “vender” el
turno antiestres (no sé porque le pusieron ese nombrecito, porque era muy
estresante) y con ese turno vendieron también que era injusto que los fijos de
noche descansasen los fines de semana (hay que recordar que eso lo ofrecieron
como incentivo para que aceptásemos semejante turno) y en esta ocasión quisieron
hacer desaparecer el fijo de noche, pero pincharon en hueso, después de
habernos programado nuestras vidas con arreglo a esta cadencia querían quitárnosla,
la ganamos vía conflicto colectivo, y nos pusieron a trabajar en unos casos dos
noches sí y dos no, y en otros una noche sí y otra no, pero ahí seguimos.
Cada
poco algún supervisor conseguía poner en su planta o servicio el pajolero
antiestres, había votación y si ganaba el 80% se ponía, y a los fijos de noche nos
“reestructuraban” o lo que es lo mismo, nos sacaban del servicio y nos mandaban
a otro donde aun no hubiera antiestres. Por fin toda la Ciudad Sanitaria tenía
el antiestres adecuándolo a la sentencia, cada vez íbamos quedando menos de noches
fijas, pero aun quedábamos bastantes.
Cuando
ya todo parecía en orden la administración descubre el turno de 12 horas, de 8
a 20 y de 20 a 8, se trabajan dos días y se descansan 3 o 4, con este tipo de
turno no hay casi que contratar a nadie, porque él mismo cubre festivos, días de
libre disposición y hasta algunas vacaciones, y los trabajadores deben horas de
forma que si falta alguien y hace falta te llaman a tu casa y te vas a trabajar
ese día o noche, te toque o no te toque.
Y
esto ya es para mí como el día de la marmota, otra vez los supervisores moviendo
patios, otra vez las dichosas votaciones y otra vez a moverme del servicio
donde estoy, y van que ni sé cuantas reestructuraciones he sufrido ya, tanto es
así que ya no quedan en la Ciudad Sanitaria sitios con turno fijo de noche de
10 horas, ya el único servicio de todo el complejo hospitalario es el mío.
Yo he votado en contra de las 12 horas, más
que nada por convicción, primero porque desparecen puestos de trabajo, y segundo
porque el trabajo de enfermería es a pie de cama, a pie fijo atención las 12 horas
quitando el tiempo del café, y 12 horas son muchas horas durante el día, más
duras aun si al día siguiente te cascan 12 de noche, pero peor aun si has
cambiado con algún compañero para que te haga algún día que tienes que
devolverle o el supervisor te pone un día extra (quien dice día, dice noche) tú
acabas agotada y quien paga las consecuencias es el paciente. Pero eso es lo de
menos, el caso es que sea rentable para el hospital, y los trabajadores mientras
menos vayan a trabajar mejor lo ven. Van menos días, pero amigo mío, los días que
van son agotadores.
Y así se escribe la historia, pero no queda aquí la cosa, seguiré en otro articulo porque este quedaría muy largo.
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