miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA ADMINISTRACIÓN Y SU PAJOLERA MADRE I

 Yo empecé muy jovencita en el mundo sanitario. Con 15 añitos hice en una clínica de maternidad el Servicio Social, por aquel entonces en tiempos de la dictadura era obligatorio para las mujeres que querían estudiar pasar por este trámite.
Con 17 empecé mi carrera de ATS y la acabé con 20 (años después me tocó convalidar y hacer un curso para convertirme en DUE)

Cuando con 20 años llegué a García Morato, que así se llamaba entonces el actual Hospital General, los turnos eran agotadores. Una semana de 7 días de mañana de 8 a 15 seguidos de un día de descanso,  otra semana de de 7 días de tarde de 15 a 22 seguida de un día de descanso, y otra semana de de 7 días de noche 22 a 8  seguida de 3 días de descanso. Estas 7 noches se pagaban de forma distinta, de manera que cobrábamos mas por las noches que por el sueldo estipulado.

Un buen día la administración llegó a la conclusión de que esta organización del trabajo no era rentable y propusieron un cambio, poner un turno fijo de noche y así nadie haría 7 noches seguidas con el consiguiente ahorro en horas extras, como nadie lo quería lo envolvieron en un apetecible estuche, los fijos de noche harían una semana lunes, martes y miércoles, y otra semana domingo, lunes martes y miércoles, con la premisa de descansar casi todos los fines de semana muchos optamos por aceptar este ciclo de trabajo, hace ya de esto 34 añazos.

Al poco tiempo la administración vio que tampoco era muy rentable este tipo de organización del trabajo, y los supervisores empezaron a mover los patios y a “vender” el turno antiestres (no sé porque le pusieron ese nombrecito, porque era muy estresante) y con ese turno vendieron también que era injusto que los fijos de noche descansasen los fines de semana (hay que recordar que eso lo ofrecieron como incentivo para que aceptásemos semejante turno) y en esta ocasión quisieron hacer desaparecer el fijo de noche, pero pincharon en hueso, después de habernos programado nuestras vidas con arreglo a esta cadencia querían quitárnosla, la ganamos vía conflicto colectivo, y nos pusieron a trabajar en unos casos dos noches sí y dos no, y en otros una noche sí y otra no, pero ahí seguimos.

Cada poco algún supervisor conseguía poner en su planta o servicio el pajolero antiestres, había votación y si ganaba el 80% se ponía, y a los fijos de noche nos “reestructuraban” o lo que es lo mismo, nos sacaban del servicio y nos mandaban a otro donde aun no hubiera antiestres. Por fin toda la Ciudad Sanitaria tenía el antiestres adecuándolo a la sentencia, cada vez íbamos quedando menos de noches fijas, pero aun quedábamos bastantes.

Cuando ya todo parecía en orden la administración descubre el turno de 12 horas, de 8 a 20 y de 20 a 8, se trabajan dos días y se descansan 3 o 4, con este tipo de turno no hay casi que contratar a nadie, porque él mismo cubre festivos, días de libre disposición y hasta algunas vacaciones, y los trabajadores deben horas de forma que si falta alguien y hace falta te llaman a tu casa y te vas a trabajar ese día o noche, te toque o no te toque.

Y esto ya es para mí como el día de la marmota, otra vez los supervisores moviendo patios, otra vez las dichosas votaciones y otra vez a moverme del servicio donde estoy, y van que ni sé cuantas reestructuraciones he sufrido ya, tanto es así que ya no quedan en la Ciudad Sanitaria sitios con turno fijo de noche de 10 horas, ya el único servicio de todo el complejo hospitalario es el mío.


Yo he votado en contra de las 12 horas, más que nada por convicción, primero porque desparecen puestos de trabajo, y segundo porque el trabajo de enfermería es a pie de cama, a pie fijo atención las 12 horas quitando el tiempo del café, y 12 horas son muchas horas durante el día, más duras aun si al día siguiente te cascan 12 de noche, pero peor aun si has cambiado con algún compañero para que te haga algún día que tienes que devolverle o el supervisor te pone un día extra (quien dice día, dice noche) tú acabas agotada y quien paga las consecuencias es el paciente. Pero eso es lo de menos, el caso es que sea rentable para el hospital, y los trabajadores mientras menos vayan a trabajar mejor lo ven. Van menos días, pero amigo mío, los días que van son agotadores.

Y así se escribe la historia, pero no queda aquí la cosa, seguiré en otro articulo porque  este quedaría muy largo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario