En mi anterior artículo
hablaba yo de la maldad humana, pues hoy toca la vileza y la falta de imaginación.
Como voy a nombrar a
mucha gente buena quiero aclarar, por si alguno no sigue mi blog, de que va hoy
el tema.
Yo fui en su día presidenta de la asociación sin ánimo de lucro Punto de encuentro solidarios Camas, asociación que hoy día ya no existe, motivo por el cual cuando yo me expreso y opino lo hago como una persona particular, de seguir existiendo seguramente me habría guardado de opinar según qué cosas. Pero hoy por hoy soy una persona anónima y libre de expresarme sin cortapisas.
Bien, a lo que vamos.
Hay en Camas una plataforma ciudadana cuya actitud obedece al ya antiguo corte
del pensamiento único, o sea, el suyo, si no aplaudes con las orejas lo que
ellos digan vas de culo, cuesta abajo y sin frenos, o sea que lo del pensamiento
plural y la libertad de opinión ahí brilla por su ausencia, y como yo he osado
plantar cara a la plataforma ciudadana no han tenido mejor idea que copiarme el
medio por el cual me expreso, un blog, y querer meterse conmigo a través de
Punto de encuentro, antes me llamaban
sin conocerme de nada estomago agradecido, pero en vista de que ya se han informado
y saben que lo que tengo se lo debo agradecer a Dios, a mis padres y a mi
propio esfuerzo, pues venga, vamos a meternos con esa asociación y con los
motivos de su xistencia, que la verdad si fuera yo la única aludida me importaría
un ardite, pero ahí hubo mucha gente solidaria que se dejó la piel currando, y
no voy a consentir semejante vileza.
Hay un miembro -que
dice que es exmiembro- de esa plataforma que pone en duda los motivos de Punto
de encuentro, para saber cómo nació le pueden preguntar a una gran persona y
conocida de la plataforma, Carmen Santos Arteaga a quien la asociación debe el
nombre y muchas toneladas de alimentos, ella estuvo presente en la gestación y
el parto, y es una persona digna de toda confianza, no pudo decir lo mismo de
la persona que haya informado sobre Punto de encuentro, seguramente una persona
que iría con intenciones de medrar y vio que allí no había chance, como dice el
refrán, en el prado de Santa Justa dios los cría, y ellos se juntan.
Y luego, espero no dejarme
a nadie en el tintero, Lucio García con sus paellas solidarias con las que
recogimos mucho dinero, su teaming, su aportación de frutas y verduras a través
de las cooperativas de Los Palacios, sus cafés y desayunos solidarios en los que
colaboraban el Bar La Compostura, La Tasca de Concha y el Bar el Luga.
Mayka Leon con toda su
extraordinaria familia, marido e hijas, Jenifer Reguera, Juan Jose Reguera, Faustino
Romero, Isabel Gutierrez, Antonia Ramos, Paco Perez, Mamen Pia, Rocio Cote,
Raul Paradas, Maria Jose Garcia y Marina su hija, Jose Antonio y Yolanda, Isam,
Juan Miguel Batalloso, Asun Galindo, Virginia Chicharro, Rocio Gomez, Olmo, Manolo,
Hatim, Eva Perez, Marielo Vargas y Paco Sanchez, la familia Muñoz Ana y Carmen,
Juan de la Cruzcampo, Centro Alkama, Juan Imedio, Mercasevilla, Plaza de
abastos de San Gonzalo, la frutería de la Calle Real que nos hacia precios
irrisorios y todas las personas solidarias que aportaron alimentos, ropa y
enseres, como también artistas solidarios que colaboraron en nuestros eventos
para recaudar fondos.
Quedarán algunos en el tintero porque fueron mucha gente y muchas empresas las que colaboraron, cada cual en la medida de sus posibilidades y sus aptitudes, unos con aportaciones económicas, otros proporcionándonos eventos, otros dejándonos productos fiados, otros doblando ropa, otros atendiendo el local de la asociación, otros haciendo comidas, otros poniendo su furgoneta, otros su coche, otros limpiando y otros asistiendo a nuestros eventos solidarios.
Y todo, absolutamente
todo lo que conseguimos y repartimos y pagamos, fue con nuestro esfuerzo
personal, nuestro tiempo y a veces hasta nuestro propio dinero.
Hay que ser mezquino y
vil para poner en duda el trabajo de tantas personas buenas y solidarias, que
nada buscaban, solo el afán de servir y ayudar.
A ver si aprendéis, aquí
no hay trampa ni cartón, que se cree el ladrón que todos son de su condición.
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