Pues señor,
erase que se era una vil cucaracha que trabajaba de enfermera y que llevaba muchos
años a merced de las ocurrencias, tendencias, conveniencias, cadencias y todas
las “encias” habidas y por haber.
Y hete aquí
que tras varias reestructuraciones, que es salir de tu servicio donde trabajas requetebién,
llega un momento en que el turno que tú
tienes ya desaparece, quedáis en el hospital dos cucarachas y media en él y no
os podéis organizar para defender vuestros derechos, así que querida cucaracha ¡date
por pisoteada! Por no utilizar una expresión soez que también termina por en
ada y empieza por foll.
Y aquí viene
cuando pisotean a la cucaracha, porque según parece los mandingos creen que no
tiene dignidad ni alma en su almario.
Mirad la
secuencia, supervisora que es acosada y cesada porque no poner interés en instaurar
las 12 horas, supervisor que llega con la encomienda de poner las 12 horas sí o
sí, aun a costa de jugar “sucio” de aceptar el voto de una que se jubila o de
ofrecer prebendas a cambio del voto.
De la dos cucarachas
que quedan, una servidora le hace saber al supervisor que se va a donde haya un
turno de noche fijo de noche de 10 horas, este señor dice que en el maternal
hay varios, yo le digo que me diga cuales son para elegir y me dice que lo va a
mirar y me lo dirá. A la otra la acogota día sí, día también con las pajoleras
12 horas, pero jamás ofertándole las noches, ella como es natural le dice que
no, que ella no quiere renunciar a su turno de noche. A esta el tema le ha costado
una enfermedad.
Nos movemos,
vamos al sindicato, hablamos con la jefa de bloque que nos dice que no hay nada
para ofertarnos de las mismas características de nuestro turno, así que nos
ofrece quedarnos en el turno de noche con las 12 horas en nuestro actual servicio,
y como a la fuerza ahorcan, aceptamos pulpo como animal de compañía.
Pero ¡ay
Señor! Hay un mandinguillo con ínfulas de Gran Jefe Toro Sentado, y el que
hayamos pasado de su jeta para hablar con la otra jefa de bloque no le ha
gustado, pero nada de nada. Así que, queriditas cucarachas ¡venid para acá, que
os vais a enterar de lo que vale un peine! Nos obliga a ir a hablar con él para
escuchar que solo hay un puesto de 10 horas en todo el hospital por lo que si
una se va la otra se queda descolocada. Me tocaba irme a mí y yo no quería
dejar a mi compañera a los pies de los caballos, con lo cual optamos por el
ofrecimiento de la jefa de bloque y quedarnos donde estábamos pero con las 12 horas
Y ¡ATENCION!
Aquí viene lo bueno, nos dice que nos va a hacer “UN FAVOR” y nos va a dejar en
nuestro servicio. Dejo a vuestra imaginación lo que me entró por el cuerpo al oír
eso ¿UN FAVOR? Hay que joderse, más de 40 años de servicio y ahora vienen con favores.
Yo me callé y dije, esto es cuestión del sindicato, yo a este no le doy ninguna
satisfacción.
Pues nada,
cuando ha ido el sindicato a hablar del tema, me llama Toro Sentado para
decirme que le tengo que firmar un papel diciendo que yo he renunciado a irme a
un turno de 10 horas, y que me está haciendo un favor al dejarme en mi servicio.
Ahí ya no me dio la gana de callarme, le dije que no me dijera más lo del favor
y que ya vería cuando iba a verlo, desde luego con el sindicato acompañándome,
el tipo entró en un bucle vencindón y me amenazó con mandarme a otro servicio,
y repitió hasta la saciedad que me estaba haciendo un favor, con lo cual decidí
dejarlo amenazando y repitiendo cual
Micaela, la muñeca que habla y habla sin parar, sus amenazas y sus favores a la fibra óptica de Movistar.
Querido
señor, yo no soy una cucaracha que usted pueda pisotear y quitarle su dignidad
porque a usted le salga de su prepotencia.
Soy, aunque
me esté mal decirlo, una muy buena trabajadora, cumplidora y una profesional
como la copa de un pino, y usted no puede venir a quitarme mi autoestima y mi
dignidad como quien quita un plato sucio.
¿Cómo era el
tema de las cucarachas? ¡A si! Son capaces de sobrevivir a un holocausto nuclear.
¡Ea! No digo
más.
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