Hola ¿Cómo estás?
¡Sí, a ti! es a ti, a ti que te gusta
asomarte a Google, a Facebook o a mi blog y seguirme para buscar, escarbar y olisquear
como un perro de presa.
A ti que,
sin motivo ni razón, te ha dado por insultarme y perseguirme, por ir contra mí,
cuando yo siempre he intentado ayudarte, sin tener ninguna obligación de
hacerlo, simplemente por querer ser una
buena compañera.
¿Te acuerdas
cuando trabajaste en mi servicio? ¿Te acuerdas que no soportabas a tu
compañera? ¿Quién te ponía los subtítulos en la televisión? ¿Quién te avisaba
de tus timbres? ¿Quién le decía a tu compañera que tuviera en cuenta tu problema?
¡Yo!
Luego
decidiste irte, otra vez irte, a otro servicio ¿A cuanta gente has desplazado
en tu periplo hasta poner el huevo donde ahora estás? ¡A mucha gente! Has ido buscando lo mejor para ti ¿verdad?
Entonces tú sí puedes ir de un sitio a otro hasta conseguir estar a gusto, pero
yo no ¿Por qué has decidido que yo no puedo?
En mi
servicio cambian las condiciones de trabajo, y yo no quiero las nuevas (igual que a ti te pasó en su día), por
tanto debo irme de un sitio donde trabajo a gusto a otro que desconozco, pero
que reúne mis actuales condiciones laborales ¿Crees que para mí es un plato de
gusto? ¡No lo es! en absoluto lo es. Cambiar a ciertas edades es, cuanto menos,
preocupante.
¿Tengo yo la
culpa de que tu compañera estuviera en un sitio que según la normativa no le correspondía?
A mí me desplazan obligatoriamente, y yo
busco lo mejor para mí, si resulta que ese “lo mejor para mí” es el puesto de
quien esta indebidamente en un lugar que no le corresponde, no es culpa mía,
será culpa de quien sea que la haya situado allí, y de ella misma que sabe que
esta donde no debe estar.
No contentan
con bajar a mi puesto de trabajo, sin haberte llamado nadie y a meterte en
asuntos que no son de tu incumbencia, a increparme, acusarme, tratar de hacerme
sentir culpable por pedir lo que me corresponde por normativa, decirme que la
persona a la que desplazo (que se va a otro servicio, no que se queda en el
paro) tiene obligaciones familiares ¿acaso yo no las tengo? y decirme a voces
por los pasillos que “soy una mala persona y una mala compañera” (motivo por el cual te puse un parte, parte
que por otro lado de momento he dejado parado) te vas a hablar con instancias
superiores para pedir que, ya que la compañera se debe de ir por estar en un
sitio que no le corresponde, que vaya otra persona que no sea yo.
Esa compañera que has pedido que vaya en mi
lugar, desconocía por completo lo que está pasando, está muy a gusto en su
servicio, y no le ha resultado agradable ni le ha gustado un pelo que usen su nombre sin su consentimiento para una jugada tan cochina. Es más, tengo noticias de que se ha enfadado bastante cuando la han llamado
para preguntarle que qué pito tocaba en esta sinfonía, y a ti te ha puesto en
tu sitio ¡Es natural! lo que haría cualquier persona con dos dedos de frente.
Ahora yo me
pregunto ¿todo este lío lo has montado tu sola? ¿tú das para esto? ¿este huevo
es de esta gallina? Sinceramente ¡lo dudo mucho! Más bien creo que eres la
portavoz de inquietudes ajenas, lo que en mi pueblo llaman la “tonta útil” la
voz de su amo, la mensajera que al final acaba pagando los trastos rotos,
porque ¿tú te has preguntado las connotaciones de lo que estás haciendo, y las consecuencias que te
pueden traer este tipo de actuaciones? ¿sabes que esto tiene un nombre en el código
penal? ¿sabes que puede estar tipificado
como mobbing y puede ser constitutivo de delito? Dudo mucho que ni siquiera
hayas pensado en ello.
Y ahora, por
último, métete la mano en el corazón, ponte en mis zapatos y piensa que eres tú la que se tiene que ir obligatoriamente del servicio en donde esta muy a gusto, y que la
alternativa a no desplazar a otra persona (que es a la que por normativa le toca irse a
su servicio, en el que debería haber estado siempre, sí o sí) es irte a otro
edificio del complejo donde trabajamos, sitios que nadie quiere ¿lo harías? ¿o más bien tratarías de luchar, como has
hecho ya muchas veces, por conseguir el sitio que te guste? ¡Ojo! Que digo el
que te guste, en mi caso además es el que por normativa me corresponde.
Reflexiona
un poquito, y deja ya de estar metida en ese caldero donde os estáis cociendo
en vuestro propio caldo, yo no quiero hacer daño a nadie y busco, como
cualquiera buscaría, lo mejor para mí, que soy buena persona, pero no aspiro a
ser santa.
Con todo esto te
informo, pasa la información o pasa todo el artículo a quien te manda, que mi intención
es ir por las buenas, sin mirar atrás, y espero encontrar lo mismo cuando
llegue.
Voy en son
de paz, no quiero guerras, pero también te digo que si hay que ir a la guerra,
se va. Y para tu información te digo que
no hay enemigo pequeño.
¡Tú misma!
Feliz año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario