viernes, 4 de octubre de 2013

INFORMACIÓN PRIVILEGIADA NO APTA PARA CARDÍACOS

La información que cuelgo en esta entrada no es mía, me la envía una buena amiga bien informada de como el PP está vendiendo todo el patrimonio español, en silencio, mientras los casos Bárcenas, ERE, Gibraltar y otros menores nos ponen una cortina de humo sobre el verdadero atraco gubernamental que están perpetrando, nos están robando lo público y vendiéndolos al mejor postor, entre los postores están los mismos que nos gobiernan.

Es largo, pero no tiene desperdicio. Lo recomiendo para entender mejor que es lo que está pasando con la sanidad pública.

INFORMACIÓN PRIVILEGIADA NO APTA PARA CARDÍACOS

Víctor Madera guarda velado silencio, anónimo para una gran mayoría del pueblo español , el consejero delegado de Capio Sanidad es el hombre del momento, el ogro que se enriquece con la salud de los españoles para unos y un brillante gestor para otros, casi con más responsabilidad sobre la buena marcha del sistema que cualquier ministro o consejero del ramo.
Quién le iba a decir a este asturiano de 51 años que vive en Londres y padre de tres hijas que se convertiría en el hombre de la sanidad privada en España. Especialista en medicina deportiva, su paso académico por Estados Unidos y la posterior formación en la primera promoción del máster en Dirección y Gestión de Instituciones Sanitarias, impartido en la Escuela Nacional de Sanidad, hicieron de Víctor Madera un prototipo de gestor con cartilla de médico. Sus primeros pasos como directivo sanitario fueron al frente de varios centros de la Cruz Roja. Entonces era sólo un treintañero y estaba en fase de rodaje, pero pronto tuvo la oportunidad de desembarcar en un incipiente negocio, la atención a los pacientes en lista de espera, que un matrimonio de médicos había comenzado a cultivar en Castilla-La Mancha (Bono) bajo una red de clínicas bautizada como Recoletas.

De la mano de un inversor institucional, el fondo de inversión CVC, el médico asturiano dió forma a Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (IDC), sociedad desde la que compró en 1998 aquella red de pequeñas clínicas con las que la sanidad pública concertaba la cirugía de las listas de espera. El camino estaba marcado y tanto Víctor Madera como su socio Javier de Jaime, responsable del fondo de capital riesgo para España, vieron en el modelo de externalización de servicios sanitarios un negocio en ciernes. A partir de entonces, como recuerda el propio impulsor, replicaron el modelo y desembarcaron en Extremadura, también bajo signo socialista (Ibarra), para saltar luego a la popular Comunidad de Madrid (Gallardón-Aguirre) y a la convergente Cataluña (Pujol), irrumpiendo así en las principales plazas sanitarias del país y abarcando todo el espectro político.

El avance de IDC no llamó la atención hasta que a partir de 2002 fueron por los grandes hospitales públicos. En una situación similar a la actual, su oportunidad de compra se debió a la "mala situación financiera" que arrastraban el Hospital General de Cataluña y la Fundación Jiménez Díaz. Dos grandes centros, por número de pacientes atendidos, que iniciaban el proceso de gestión público-privado en la sanidad española. Estos golpes de efecto convirtieron en muy poco tiempo al grupo sanitario en el primer gestor privado del país, una tarjeta de presentación que sirvió para que CVC, en la época de vino y rosas, vendiera la compañía a principios de 2005 al grupo hospitalario sueco Capio por más de 300 millones de euros. Cambiaron los accionistas, pero el alma mater de la compañía siguió al frente, dispuesto a llevar el proyecto a un nuevo estadio.

El paraguas del socio industrial sueco, paradigma del modelo de bienestar europeo, duró poco. A finales de 2006, el gigante asistencial, controlado por fondos de pensiones suecos, fue adquirido por las firmas de capital riesgo Apax y Nordic tras pagar cerca de 2.000 millones de euros. Otra rotación de accionistas, esta vez en la matriz, que tampoco afectó a Victor Madera, entonces vicepresidente del grupo y consejero delegado en España, que además de continuar en el puesto contó con el apoyo financiero necesario para desarrollar la compañía durante esa nueva etapa, hasta el punto de consolidar un grupo que cuenta en nuestro país con 30 centros, 7.500 empleados y 1.800 camas. Esta historia empresarial de éxito hizo que Madera se reencontrara con su colega De Jaime a principios de 2011, cuando CVC compró el negocio español de Capio por 900 millones.

Como en las etapas anteriores, el modelo sigue siendo el mismo. En este último periodo, Capio ha aumentado su peso en el negocio con la apertura de nuevos hospitales y ha peleado por la compra de su principal competidor en este segmento, la compañía valenciana Ribera Salud, fundada y controlada por las cajas de ahorro locales Bancaja y CAM. Como con otros activos, la mala situación financiera de algunos hospitales por impagos de la Comunidad de Valencia y la necesidad de vender de sus propietarios, dos entidades financieras quebradas que han sido las ganadoras Bankia y Banco Sabadell, provocó una nueva oportunidad para que Madera consolidara su posición de dominio en el mercado. La operación, sin embargo, ha quedado en suspenso, manteniéndose un statu quo al que se arriman otros operadores privados como Sanitas o USP-Quirón.

Muy en especial durante los últimos años, la sanidad privada lleva siendo uno de los principales objetivos de los inversores. Cualquier private equity lo explica con sencillez y alude a un par de factores para justificar su interés. Los actuales propietarios (comunidades autónomas) de los hospitales necesitan dinero o, dicho de otra forma, no disponen de los recursos suficientes para financiar su funcionamiento y tampoco tienen el valor de tomar decisiones, en el ámbito de la gestión, contrarias a sus intereses políticos. De esta manera, la oportunidad para el comprador es doble, pues puede presionar a la baja para comprar un activo ante la urgencia del vendedor y además puede optimizar la inversión vía costes con la implementación de medidas eficientes sin atender a consideraciones políticas, sino puramente empresariales, y sin afectar a la calidad del servicio.

En este sentido, Madera lleva explicando el mismo discurso desde hace diez años. Así ocurrió cuando IDC, el germen del actual grupo, adquirió la madrileña Clínica de Nuestra Señora de la Concepción, conocida popularmente como La Concha, propiedad de la Fundación Jiménez Díaz. También entonces, en el no tan lejano 2002, la venta tuvo lugar a raíz de la ruinosa situación económica que atravesaba el propietario, un organismo sin ánimo de lucro que se vio abocado a desprenderse del activo, al que la Administración local asignó una concesión a 30 años bajo condición de entregarse a un nuevo propietario. Ya en esa época la legitimidad del modelo de Madera era cuestionado por los directivos y parte del equipo médico, aunque igual que ahora el doctor asturiano explicaba que "el negocio procede del ahorro obtenido con una gestión eficaz".

El máximo responsable de Capio Sanidad reduce el ruido del actual debate a un mero conflicto laboral, el que afecta a los profesionales de la sanidad pública y su resistencia a perder las condiciones con otro modelo, como le ocurre al veterano piloto de una aerolínea ante el fenómeno low cost. "¿Hay más accidentes ahora o vuela más gente?" En su opinión, el patrón público-privado no cuestiona el servicio universal y gratuito de la sanidad, sino que contribuye a la prestación del servicio a un coste menor, lo que permite una mejor administración de los recursos públicos, contando incluso con el margen de beneficio que el operador privado obtiene por su gestión. Los números a este respecto, sin embargo, son difíciles de hacer. Como reconocen operadores del negocio, evaluar el coste por paciente en un gran centro hospitalario es un ejercicio objetivamente imposible.

En lugar de hablar de números o modelos, el debate sobre los servicios de salud termina siempre en la política, motivos no faltan. Sobretodo cuando la empresa Unilabs, de la que el pasado exconsejero hoy bimillonario Juan José Güemes, exresponsable de Sanidad de la Comunidad de Madrid, se ha hecho con la gestión de los análisis clínicos privatizados por el político popular durante su mandato (2008-10) tras adquirir el 55% del consorcio adjudicatario. Por este motivo, aunque el comprador, filial de Capio, no tiene que ver con su antigua división en España y aunque el exdirigente popular, actual ejecutivo del instituto de Empresa, se desvinculó de la política hace más de dos años, la concurrencia de factores que invitan a la sospecha hace que el debate sobre la privatización de la sanidad se tiña de sombras y elementos de duda.

De momento, Madera ha evitado aparecer en público con políticos de campanillas, aunque eso no le ha librado de que se extendiera por las redes sociales un "rumor" según el cual el triunvirato del PP, formado por Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal y Rodrigo Rato, es propietario de Capio, una relación mercantil que explicaría el interés del PP por privatizar la sanidad pública. La verdad, sin embargo, es bien distinta, aunque los constantes viajes de las élites dirigentes entre lo público y lo privado generan ese caldo de cultivo que hace verosímil cualquier vinculación capciosa, porque en el fondo es lo que cabe esperar. Y es que al final, el patrón se repite, y al igual que las grandes empresas sufragan la ONG de la exvicepresidenta De la Vega los grandes de la sanidad privada participan en la inciativa de cluster impulsada por el exconsejero madrileño de Sanidad.

Pero que es realmente Carpio?

Detrás de algo tan palpable y concreto como la atención hospitalaria de 800.000 madrileños y 963 millones de euros de dinero público que gestiona Capio Sanidad está un entramado de sociedades cuyos intereses se sitúan muy alejados del cuidado de la salud. En su estructura, como en un juego de muñecas rusas, comida argentina hasta tres sociedades limitadas y unipersonales con un primer origen en Holanda son propietarias unas de otras, hasta llegar a Capio. Visitaron un grupo de gestores suecos el hospital de Capio en Móstoles en 2012.

El 11 de noviembre de 2010 –según el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME)- nació la actual dueña de este gestor sanitario. Se trata de una S.L. llamada Desarrollos Empresariales Piera. Su objeto social (a lo que se dedica) es el “comercio al mayor, menor, importación, exportación y fabricación de todo tipo de artículos de regalo”. Ese mismo día también se registró el inicio de otra sociedad limitada unipersonal denominada Poitiers Develops que con una actividad dedicada al “comercio al mayor, menor, importación, exportación y fabricación de todo tipo de artículos de regalo” posee el 100% de la única accionista de Capio Sanidad. En el arranque de ambas empresas, teóricamente incluidas en el sector del comercio regalos, está una sociedad holandesa registrada en los Países Bajos bajo el nombre de HC Investments BV.

La secuencia queda como sigue: un fondo holandés, HC Investments BV, posee el 100% de una sociedad española dedicada al comercio de regalos, "Poitiers Develops", que, a su vez, es la única accionista de otra empresa de importación y exportación, "Desarrollos Empresariales Piera", que, por fin, es la que tiene el 100% de Capio Sanidad.
A Capio le ha sido asignada por el Gobierno regional (PP) la gestión directa de cuatro hospitales públicos en la Comunidad de Madrid: Fundación Jiménez Díaz, Hospital Rey Juan Carlos, Hospital Infanta Elena y Hospital de Collado Villalba (este último con la inauguración suspendida por la Consejería de Sanidad ya que le sale más económico no ponerlo en funcionamiento aún. La gestora recibirá este año 12 millones de euros de mantenimiento).

Después de pocos meses de haber nacido estas sociedades, el fondo de inversión riesgo "CVC" compró "Capio Sanidad" a otro fondo, "Apax". El fondo utiliza esta batería de empresas interpuestas para controlar Capio. La operación llegó a los 900 millones de euros. Para financiar esa compra, CVC solicitó más de 600 millones de euros de crédito. La deuda se ha incorporado a las cuentas de Capio Sanidad (no a los resultados del fondo de inversión). Según la última inscripción del BORME, la matriz de Capio, tiene un capital de 36 millones de euros. En medio de esas negociaciones, del pasado 28 de enero de 2011, la única accionista conocida de Capio Sanidad, Desarrollos Empresariales, compuso su consejo de administración de la siguiente manera: presidente: "Theatre Directorship Services Beta S.A.R.L". Hay otra empresa de los consejeros: "Theatre Directorship Services Alpha y Gama". Todas ellas sociedades limitadas cuyos nombres se repetirán en los cruces constantes de consejeros y consejos.

Váis entendiendo por dónde va todo éste enredo?

Así las cosas, en el consejo de administración del gestor sanitario Capio se registran como consejeros los ya conocidos "Theatre Directorship Services Alpha" y, "Beta y Gama". ¿A qué se dedican estos consejeros? A todo, podría contestarse ya que su registro de actividades recoge una lista que incluye fabricación de tejidos textiles, confección de otras prendas de vestir exteriores, fabricación de papel y cartón, fabricación de perfumes y cosméticos, actividades de las sociedades de holding, restaurantes y puestos de comida, agencias de publicidad y muchas otras entre las que aparecen las actividades empresariales. "Theatre Directorship" por ejemplo tiene cargos en más de 30 empresas diferentes como "Capio Sanidad", "Capio Villalba S.A". "Capio Móstoles", "Capio Valdemoro".. Pero también está en los consejos de la constructora "Abertis" o "Cortefiel Servicios".
Capio Sanidad factura unos 600 millones de euros al año con beneficios de unos 200. Está en una posición preemiente para acudir a los procesos de privatización de gestión hospitalaria que han puesto en marcha tanto la Comunidad de Madrid como la de Castilla-La Macha.

Además de los seis hospitales PFI, Esperanza Aguirre creó otros cuatro bajo el modelo PPP (partenariado público-privado) o "Alzira", es decir, de gestión privada casi al completo. La titularidad sigue siendo pública, pero las empresas "concesionarias" contratan también al personal sanitario (médicos, enfermeros, especialistas...). La Comunidad les paga una cantidad por cada persona que vive en el área de influencia del hospital, aunque no sean, necesariamente, pacientes del mismo.
Este pago per cápita se actualiza cada año, en función del IPC (Índice de Precios de Consumo). Sin embargo, "este año los presupuestos del hospital de Valdemoro se han incrementado en una cantidad equivalente al IPC+2".

Se trata de los hospitales de Valdemoro, Móstoles II y Collado Villalba (todos en manos de Capio; este último aún cerrado por decisión de la Comunidad, que a pesar de todo sigue pagando (regalando) 900.000 euros al mes a la empresa privada), así como el de Torrejón (en manos de Ribera Salud que recientemente se lo ha vendido a Sanitas). Según la Fadsp, algunos de ellos, como el de Torrejón, por ejemplo, han visto incrementado su presupuesto un 9% para 2013, mientras los de gestión directa (los 100% públicos) han recibido una reducción de casi el 20% de media en dichas partidas.

Por otra parte, Capio posee también la Fundación Jiménez Díaz, un caso especial de privatización, que tiene concesión desde hace más de 60 años y también recibió de la Comunidad 94 millones de euros más de lo reflejado inicialmente en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. La Coordinadora Antiprivatización de Madrid asegura, además, que hoy en día saben que este centro ha factuardo 380 millones de euros a 31 de diciembre de 2012, aunque su presupuesto inicial, según la Comunidad, era de 200 millones de euros. ¿A qué se debe? "A esa Fundación se le deriva gente de la pública desde un call center centralizado y privado -pertenece a la empresa Indra- que dirige a los pacientes rentables hacia la privada", detalla Antonio Gómez, portavoz de CAS-Madrid, que también explica que si han accedido a estos datos ha sido "gracias a las filtraciones" de algunas personas que tenían acceso a ellos, ya que los datos de la Consejería no son fiables", denuncia.

La gran pregunta es quien o quienes son los verdaderos dueños...

"Capio Sanidad" es la empresa privada de gestión sanitaria a la que se van a "regalar" los hospitales públicos. Rodrigo Rato, expresidente de BANKIA ,fue vicepresidente segundo del gobierno de José María Aznar, tienen intereses y acciones en Capio.

Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal (Presidenta de Castilla-La Mancha y Secretaria General del PP).
El Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Comunidad de Castilla-La Mancha José Ignacio Echaniz es hermano de Teresa Echániz Salgado, subdirectora de investigación de "Capio Sanidad".

HRC PATRONATO CONFIAS

PRESIDENTE
Dr. Javier San Sebastián Cabasés
Psiquiatra infantil. Jefe de la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Servicio de Psiquiatría, Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid
VOCALES
Dr. Josep Cornellá i Canals
Doctor en Medicina. Paidopsiquiatra. Profesor de la Escuela EUSES- Garbí, Universidad de Girona
Dra. Teresa Echániz Salgado
Subdirectora de Investigación, Capio Sanidad
Dr. José Ramón Gutiérrez Casares
Psiquiatra. Jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz


COMITÉS

COMITÉ ORGANIZADOR
PRESIDENTE
Dr. Javier San Sebastián Cabasés
VOCALES
Dr. Josep Cornellá i Canals
Dra. Teresa Echániz Salgado
Dr. José Ramón Gutiérrez Casares
Dr. César Soutullo Esperón
COMITÉ CIENTÍFICO
PRESIDENTE: Dr. Javier San Sebastián
Dr. Boris Birmaher, USA
Dr. Josep Cornellá, España
Dr. Theo Doreleijers, Holanda
Dr. Daniel Geller, USA
Dr. José Ramón Gutiérrez, España
Dra. Barbara J. Coffey, USA
Dr. Andrés Martín, USA
Dr. Jerónimo Saiz, España
Dr. Philip Shaw, USA
Dr. César Soutullo, España
Dr. Timothy Wilens, USA

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